
D espués de varias semanas sin salir quizás para ti tu casa también se convierta en tu infierno. Pero, no por el encierro en sí, sino por esos detalles que, hasta ahora te habían pasado inadvertidos.
Y es que antaño las viviendas se diseñaban en base a la privacidad. Al menos eso se adivina de la cantidad de muros, paredes y puertas que se incluían en ellas. Todas llenas de habitáculos cerrados y espacios delimitados.
¿Qué opinas ahora de todo eso? Seguro que, si compraste hace más de quince años, también verás ahora tu casa como tu infierno particular. Vamos a ver cómo puedes volver a enamorarte de tu hogar.
El complot de tu casa contra tu bienestar
El recibidor es lo primero que vemos al llegar y lo más importante. Es el momento en el que respiras hondo, sonríes y piensas “¡por fin en casa!”. Pero para algunos es como la entrada a una cueva: algo oscuro y cerrado.
Las cocinas y los salones rara vez se unían. Así, la persona que está cocinando no puede participar de las animadas conversaciones del resto. Y en el salón siempre falta alguien.
Las terrazas, en ocasiones, disponían de pequeñas puertas de acceso. Como si solo fueran lugares auxiliares para tender la ropa o almacenar trastos. ¿Y quién no ha aprovechado su balcón para dejar bombonas de butano?
Todo un despropósito que parece enfocado a convertir tu casa en un lugar para comer y dormir. Sin embargo, todos añorábamos pasar más tiempo en el hogar y ¿poder disfrutar de nuestro verdadero espacio?
Dale protagonismo a la luz y abre tus estancias
Ahora soñemos un poco con tu casa, la que deberías tener. Imagina que la pared entre la cocina y el salón desaparece. En su lugar pondremos una isla en la servir alguna copa y poder reír todos juntos.
Junto al salón, el balcón. Pero ahora vamos a cambiar esa pequeña puerta por hojas de cristal que vayan casi del suelo al techo. Una pared transparente que permite la entrada de tanta luz que tu salón parece otro.
En el balcón ¿un jardín vertical de un metro cuadrado? Aportaría frescor y tanto oxígeno como el que consume una persona durante un año. Y solo faltaría un armario para el butano, pero camuflado tras tu sillón de lectura.
Sería como estar conectado al exterior y tu casa parecía mucho mayor y más cómoda. Luminosa, cómoda, abierta y perfecta para facilitar las interacciones sociales.
Solo falta abrir ese recibidor a tu hogar y añadir papel pintado en una de sus paredes. Es una tendencia que no pasa de moda. Además, creerás que estás en un lugar diferente. Tu casa nueva solo con unos pequeños cambios.
¿Y el baño y el resto de la cocina también quieres incluirlos?
Sueña cuanto quieras porque en Bocana Obras podemos hacerlo realidad. Recuerda que tu casa debería ser tu templo y no tu infierno. Si quieres darle un aire nuevo pide presupuesto sin compromiso ¡y sin sorpresas!